miércoles, 27 de marzo de 2013

¿HAS PERDIDO A UN SER AMADO?





Hay dolores en el alma que provienen de tragedias, más allá de nuestro control y nuestro entendimiento. La pérdida de un ser querido por enfermedad, en un accidente o por los embates de la naturaleza (tsunamis, terremotos, tormentas, etc.) o en manos del crimen.
Nada podemos hacer para cambiar lo que paso, es difícil; pero lo tenemos que aceptar.
No es un consuelo, lo sé; pero una cosa si me atrevo a proponerte para calmar en gran medida tu dolor, en homenaje a ese ser querido que has perdido, haz algo valioso con tu vida y entrégate a un propósito que él mismo hubiera deseado seguir.
Piensa un momento, ¿qué es lo que a él le hubiera gustado hacer? ¿Cuál era su sueño? ¿Cuál era su anhelo?
Tal vez iniciar algo hermoso a favor de la sociedad, quizás terminar una obra que dejo inconclusa, continuar una misión que el haya iniciado o bien viajar por el mundo hacia lugares exóticos.
Tal vez su deseo era algo tan elemental como querer que tú dejes de fumar, o que dejes tu adicción por el alcohol. Tal vez su mayor deseo era ver unidos nuevamente a los seres que amó y quería que estos dejen atrás el motivo por el que estaban distanciados.
Los mayores deseos de tu amado los conoces tú mejor que nadie.
Pero si no encuentras algo por ese camino, entonces inicia una labor de servicio hacia los demás que busque lograr que nadie más, vuelva a sufrir lo mismo que padeció él o ella.
Lucha con coraje contra los obstáculos que encuentres y haz todo lo necesario para que nadie más vuelva a caer en lo mismo.
Así en cada persona que salves, sentirás que estas salvando al ser amado que se fue.
Miguel Ángel Cornejo, contó una historia que conmueve el alma y que ahora comparto contigo:
Una señora judía de edad avanzada vivía recogiendo niños huérfanos en su comunidad, los alimentaba, los protegía y les daba a todos ellos su amor incondicional. Un periodista, atraído por la noble acción de la anciana, había llegado a la casa de esta y estuvo siguiendo su labor para escribir de ella. Terminado el reportaje y antes de retirarse, el periodista le hace una pregunta que se había estado guardando por respeto:
- He notado, noble señora, que trae Ud. un brazalete hecho de dientes y huesitos pequeños, puede usted explicarme ¿que significa? Mas yo la entenderé si es que Ud. no desea hablar de ello.
La anciana lo miro dulcemente y le dijo:
- Este brazalete está hecho con los dientecitos y algunos de los huesitos que pude rescatar de mis hijos, cuando mi familia entera era prisionera en un campo de concentración nazi y ellos fueron ejecutados en las duchas. Me hace sentir que cuando salvo a un niño de las garras de la miseria y el desamparo, estoy salvando a mis propios hijos.
El periodista se quedo callado, abrazo con mucha ternura a la anciana y se marcho con lágrimas en los ojos.
Amado lector, Puedes vivir con una pena en el alma toda tu vida; mas si puedes transformar tu dolor en amor, habrás encontrado el consuelo que tanto has estado buscando.


Alejandro Santafe

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