EL EGO (PRIMERA PARTE)

¿QUÉ ES? ¿POR QUÉ EXISTE EL EGO? ¿DE DONDE  VIENE?

El ser humano es la única criatura, entre todas las del mundo, que tiene libre albedrío.

Ningún otro ser conocido tiene ese privilegio.

Solo el hombre tiene la capacidad para hacer algo distinto de su vida sin hacer caso a las condiciones ambientales, ni a sus instintos. Puede elegir  y en eso radica su grandeza.

Tiene  poder y libertad para usarlo.

 Hoy  es o hace  algo, mañana puede decidir ser o hacer algo distinto, tiene el privilegio de elegir ser igual o distinto a los demás.

Pero ese atributo, necesariamente,  tuvo que venir acompañado de una nueva cualidad en él.

Esa cualidad es la capacidad de aislarse de los otros seres de su entorno y proclamar su  individualidad. Sin esa nueva característica el libre albedrío no tiene razón de ser.

¿Cómo alguien  puede elegir ser diferente a los demás, si es todos y todos son el mismo?

Una abeja,  una hormiga, una termita, no necesitan  de un ego porque no tienen libre albedrío.

Cuando se nos concedió el libre albedrío, también se nos entrego  el ego.

El libre albedrío y el ego son las dos caras de una misma moneda. Una viene siempre acompañada de la otra.

¿POR QUÉ LO TENEMOS? ¿ES NECESARIO?

El ego es un instrumento que nos da perspectiva, nos aleja de las demás personas  y nos brinda un espacio propio donde crear nuestro  mundo y hacer lo que en verdad deseemos con nuestra vida. Por tanto, el ego es una cosa que necesitamos mientras estemos en este mundo.

¿ES REAL O FALSO?

Para la psicología el ego es aquella entidad psíquica por la cual una persona  es consciente de su propia identidad  y se reconoce como yo.

Los místicos creemos que existe un “YO” superior (con mayúsculas), que se encuentra mas allá de la mente, el intelecto y los pensamientos,  al que llamamos nuestro verdadero ser y que es consciencia pura.

También existe un “yo” (con minúsculas) que usamos para interactuar con las demás personas, al que llamamos ego.

El ego es tan real como tu documento de identificación personal. El documento te identifica, pero no eres tú. Puedes quemar, romper o perder ese documento y tú seguirás existiendo.

El ego no es algo real, en el sentido de que no es tu verdadera realidad, tu verdadero ser.

Entonces el ego es una cosa, una creación y si lo utilizas como tal no hay ningún problema.

Y por cierto, es algo que tampoco necesitaras cuando mueras.

¿ES MALO?  ¿ES BUENO?

Antes de contestar permítete hacerte una pregunta ¿Un cuchillo es malo o bueno?

Si respondes que es malo, estas equivocado; si respondes que es bueno; también lo estas.

 Sí, lo se,  tienes en los labios una tercera respuesta y es que el cuchillo es a la vez las dos cosas, es bueno y también malo. Si esa es tu respuesta, lo siento, pero  también es equivocada. ¿Cómo?

Perdona el enredo y no, no pretendo burlarme de ti, solo ilustrarte con la mayor claridad posible.

Las respuestas son equivocadas porque tienen una falla de origen y esa falla es la pregunta.

Las cosas en sí mismas, no son malas ni buenas, solo son.

Todas las cosas son posibles  instrumentos para el hombre.

Lo bueno o lo malo de algo no provienen de ella misma sino del hombre que lo utiliza.

Si el cuchillo es usado por un gran chef, este se vuelve una herramienta maravillosa. 

Por el contrario, si el cuchillo es usado por un asesino este se transforma en un instrumento de maldad, en un arma mortal.

Por lo tanto, toda pregunta sobre si el ego es malo o bueno ha condenado a sus posibles respuestas al error.

El ego no es una cosa buena o mala en sí misma, sino  algo que deberías usar para desenvolverte en el mundo.

¿COMO ES QUE LLEGA A POSEERNOS EL EGO?

Cuando hipnotizados por el mundo material nos alejamos  de nuestro “YO” real hasta desconectarnos completamente de él; caemos en el vacío espiritual y esto nos arrastra a identificamos totalmente con el ego. En ese momento perdemos nuestro estado de gracia y nuestra vida queda expuesta  al sufrimiento.
Vulnerables y confundidos, abandonamos el control de nuestra mente,  se produce un golpe de estado en ella  y el ego se alza como el nuevo tirano al que debemos servir.

Entonces el problema no es  poseer un ego, el verdadero problema es que hemos dejado que el ego  se apodere de nosotros, que nos posea y se vuelva nuestro amo. 
Y esa es la verdadera tragedia, la verdadera causa de la desgracia de una persona y de toda la humanidad.

Alejandro Santafe